Estas primeras semanas de inicio del curso escolar nos será fácil poder ver llantos y rabietas a la hora que nuestros niños entren en la escuela y se separen de su padre, madre o cuidador . Esta ansiedad y preocupación por la separación de los padres o personas próximas es un ejemplo y forma parte del proceso evolutivo normal del niño, sobre todo durante la etapa de educación infantil y tiene un valor adaptativo.
Cuando esta angustia se vuelve excesiva, inapropiada por el nivel de edad, y se da en cualquier situación (no sólo en la escuela) que suponga que el niño se separe de las personas con las que mantiene fuertes vínculos, podemos hablar de Trastorno de Ansiedad por Separación.
La ansiedad que muestran estos niños puede ponerse de manifiesto de diferentes maneras y según los criterios diagnósticos del DSM -IV será necesario que estén presentes como mínimo tres de estas circunstancias para poder hacer un diagnóstico de Trastorno de Ansiedad por Separación:

Malestar excesivo recurrente cuando hay o se anticipa la separación del hogar o de las principales personas vinculadas.
Preocupación excesiva y persistente por la posibilidad de perder o que se dañen las principales figuras vinculadas al niño.
Preocupación excesiva y persistente que alguna circunstancia adversa lleve a la separación de una figura vinculada importante.
Resistencia o negativa persistente a ir a la escuela o cualquier otro lugar por miedo a la separación.
Resistencia o miedo persistente o excesivo de estar solo en casa o sin las figuras vinculadas, o sin adultos significativos en otros lugares.
Negativa o resistencia de ir a dormir sin tener cerca una figura vinculada importante o ir a dormir fuera de casa.
Pesadillas repetitivas sobre la separación.
Quejas repetidas de síntomas físicos (dolores de cabeza, dolores abdominales, náuseas, vómitos) cuando hay o se anticipa la separación de las figuras importantes de vinculación.

Es muy importante tener en cuenta que estas circunstancias se tienen que estar dando como mínimo durante un mes para poder hablar de Trastorno de Ansiedad por Separación, haberse iniciado antes de los 18 años y deben estar provocando un deterioro y malestar clínicamente significativo en el ámbito social , académico o cualquier otra área de actividad del niño o adolescente .
La edad de comienzo más frecuente de este trastorno se suele situar entre los 7 y 9 años. No es frecuente que aparezca durante la adolescencia pero puede pasar. Las manifestaciones del trastorno varían según la edad: los más pequeños no serán capaces de expresar los miedos específicos que tienen ante la separación y los adolescentes puede que lo nieguen pero que su conducta lo explique.
En el caso que esta situación se estuviera dando es recomendable la visita a un psicólogo o especialista que pueda dar pautas a las familias y comenzar un tratamiento con el niño. Además, el clínico será capaz de llevar a cabo un diagnóstico diferencial. La sintomatología del Trastorno de Ansiedad por Separación puede confundirse con un fobia escolar, agorafobia así como con un Trastorno de Ansiedad Generalizada, un Trastorno Negativista Desafiante o la reacción a un episodio traumático concreto.

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