Disfunciones sexuales

Se llama Disfunción Sexual a toda aquella dificultad que impide gozar a la persona de la actividad física con normalidad, en cualquiera de las etapas sexuales siguientes:

  1. Trastornos del deseo sexual: falta de deseo sexual y aversión al sexo.
  2. Trastornos de la excitación sexual: disfunción eréctil (hombre) y no lubricación vaginal (mujer).
  3. Trastornos de la respuesta sexual: eyaculación precoz y retardada (hombre) y anorgásmia (mujer).
  4. Trastornos por dolor: dolor coital (dispareunia) y vaginismo.

Transtornos del deseo

sexual

El Deseo Sexual Inhibido (DSI), también llamado falta de deseo sexual, deseo sexual hipoactivo, frigidez o falta de líbido, consiste en un bajo interés por mantener relaciones sexuales con la pareja, tendiendo a la evitación de los contactos sexuales e interfiriendo en la relación conyugal. La persona afectada por un DSI deja de responder a los estímulos sexuales normales, o bien nunca ha respondido, o hasta incluso le generan repulsión.

El deseo sexual depende en gran medida de la estimulación de áreas cerebrales muy concretas, que pueden verse alteradas por motivos muy diversos, muchos de ellos de origen emocional, generalmente una dinámica en la sexualidad conyugal que empeora y disminuye el deseo sexual. Esta disfunción tiene una prevalencia más grande entre la población femenina que la masculina, si bien los últimos años se ha experimentado un notable incremento del DSI masculino, en parte debido al cambio del rol femenino dentro de la sociedad y también a trastornos cada vez más frecuentes entre los hombres como la depresión o el estrés.

Transtornos de la exctitación sexual

La Disfunción Eréctil (DE) es una de las disfunciones sexuales masculinas más frecuentes en la consulta. Consiste en la imposibilidad de llegar a tener o de mantener la erección durante la relación sexual, impidiendo la penetración. El hombre con DE no goza de las relaciones de pareja, se autoculpabiliza y tiende a evitar los contactos sexuales, a menudo llegando a deprimirse. Más de un 80% de los DE son por causa psicógena, las sufren hombres que tienen erecciones mañaneras espontáneas y también erecciones en masturbaciones en solitario, y que por lo tanto no tienen ningún problema de base orgánica. En estos casos, la angustia y los mecanismo psicofísicos asociados suelen ser los responsables de la inhibición del reflejo eréctil.

Transtornos de la respuesta sexual

La Eyaculación Precoz (EP) es la disfunción sexual más frecuente en la consulta. Se trata de la falta de control voluntario de la eyaculación en las relaciones sexuales, que afecta muy negativamente a la sexualidad de la pareja. Genera gran insatisfacción sexual, evitación de los contactos sexuales, muchos remordimientos y bajada significativa del estado de ánimo. Hay diversas causas que explican la EP, pero a menudo incluye el aprendizaje y el mantenimiento de un patrón acelerado de respuesta sexual delante de la estimulación, con un condicionamiento muy rápido del reflejo eyaculatorio. Y es fundamental el componente psicológico, en el sentido que la preocupación y temor a la ocurrencia de episodios de EP pueden generar fácilmente un bloqueo fisiológico de las estructuras neuronales responsables de la emisión del propio reflejo.

La Autorgásmia consiste en la incapacidad que muchas mujeres tienen de llegar al orgasmo mediante las relaciones sexuales con penetración vaginal. En algunas ocasiones si llegan a experimentar el orgasmo con estimulación masturbatoria vaginal, y en otros no. Esta disfunción acostumbra a generar unas relaciones sexuales muy tensionadas y frustrantes, donde a menudo la mujer acaba resignada a no gozar de su sexualidad, disminuyéndose en ocasiones la cantidad y calidad de contactos sexuales con la pareja. Es habitual que se demore mucho la consulta profesional, debido a una mezcla de vergüenza y de remordimientos, pero la realidad es que en la gran mayoría de los casos, se trata de un bloqueo de un reflejo cerebral, alimentado por la ansiedad condicionada que se presenta durante las relaciones sexuales, y que tiene tratamiento efectivo.

Trastornos por el dolor

El Vaginismo se caracteriza por la imposibilidad física de la penetración durante las relaciones sexuales, debido a un cierre automático de las paredes vaginales, que no deja espacio para la introducción del pene erecto. Se trata, por lo tanto, de un reflejo involuntario de contracción vaginal delante de la penetración. El Vaginismo puede ser total, siendo imposible la introducción de ningún tipo de objeto ni de una exploración ginecológica, o bien selectiva, sucediendo solo frente a la penetración peneana. De forma similar a la orgásmica, a menudo se tarda mucho en buscar ayuda profesional, en parte por la vergüenza, remordimientos y temores relacionados con la sexualidad, deteriorándose enormemente la propia sexualidad y especialmente cuando hay una relación de pareja. La mujer que sufre vaginismo no es culpable, sino que a menudo puede estar sufriendo temores, fobias o otros conflictos emocionales, conocidos o no por ella, que mantienen el condicionamiento del reflejo responsable de la musculatura vaginal.

El Dolor coital o Dispareunia consiste en la experimentación de dolor vaginal durante la penetración, imposibilitando gozar en las relaciones sexuales y fomentando la evitación de las mismas. Esta situación acostumbra a despertar una elevada temeridad y negativización en relación al coito, y también sentimientos de culpa hacia la pareja. La causa acostumbra a ser la no lubricación vaginal suficiente en la etapa de excitación sexual previa a la penetración, o bien por una respuesta muscular de la musculatura vaginal periférica durante el coito. La Dispareunia limita mucho la frecuencia de los contactos sexuales de la mujer que la sufre, generalizando culpabilización y acabando a menudo un desgaste conyugal de primera magnitud. En realidad se trata de respuestas fisiológicas involuntarias que en muchas ocasiones tienen una causa psicológica que se puede tratar y curar.

La Adicción al sexo constituye actualmente un problema de magnitud progresivamente creciente. Una adicción sexual se tiene que diferenciar de la persona que tiene un elevado o muy elevado nivel de deseo sexual (líbido), y que acostumbra a tener diariamente una actividad sexual placentera, sana y satisfactoria. Contrariamente, en la conducta adicta la persona siente una fuerte ansiedad asociada a su conducta sexual, la cual resulta progresivamente menos satisfactoria y acompañada de sensaciones de culpabilidad. El adicto pone a menudo en riesgo el propio entorno social y laboral para conseguir tener relaciones sexuales, así como desvía su interés sexual fuera del ámbito de la pareja hacia la pornografía y la prostitución, buscando nuevos estímulos eróticos.

Las Parafilias son un conjunto de comportamientos sexuales donde la persona experimenta habitualmente una excitación sexual por objetos o acciones que no son típicamente sexuales, y que pueden incluir sensaciones de humillación por las personas implicadas en el acto sexual o también incluir a personas que no consienten la relación sexual. Son parafilias el exhibicionismo, el fetichismo, el frotteurismo, la pedofilia, el sadismo, el masoquismo, el voyeurismo, la zoofilia y la necrofilia.

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