¿QUÉ ES UN DUELO? Podemos definir el significado de duelo como el proceso de aceptación de una pérdida afectiva.
¿Pérdida afectiva?… nos explicamos.
Toda persona es un ser relacional, y como tal desarrolla vínculos afectivos hacia otras personas, situaciones u objetos, que con el transcurso del tiempo van cambiando hasta terminarse. Ello implica la pérdida del vínculo de apego de aquello que ha dejado de formar parte de nuestras vidas.
En este sentido, aunque la mayoría de las personas entiende como Duelo el doloroso proceso que implica la pérdida de un ser querido por fallecimiento, o bien de nuestra relación con éste – por separación conyugal o divorcio-, el proceso de duelo también suele darse ante otras situaciones como los distanciamientos geográficos con las personas de nuestro entorno, ante los cambios laborales, o incluso ante el cambio de un hábito cotidiano o afición.
En definitiva, cualquier cambio permanente en nuestra realidad cotidiana que implique la pérdida de un vínculo afectivo, IMPLICARÁ UN PROCESO DE DUELO.
¿Cuáles son las etapas del Duelo por las que voy a pasar?
Nos vamos a referir al proceso de duelo en la pérdida permanente de un ser querido por fallecimiento, que es el proceso emocional por el que todos nosotros pasamos algunas veces en la vida.
Como veremos, un proceso de duelo completo se suele dividir en 5 etapas, con estados emocionales bien diferenciados en cada una de ellas. Son las siguientes:
- Negación y Confusión. Negar la realidad de una muerte es a menudo una primera reacción emocional y, como tal, puede ayudar a encajar el golpe. Aunque debe ser necesariamente temporal, para permitirnos después darnos cuenta de cuál es la situación real. Inevitablemente, en esta etapa estamos bloqueados y confundidos, sin poder pensar nada con claridad.
- Ira. Podemos experimentar frustración, rabia y resentimiento ante la irreversibilidad de lo sucedido, canalizándola hacia otras personas e incluso buscando culpables.
- Negociación. En esta fase podemos imaginar qué o cómo podría haber sido todo en otras circunstancias, o cuáles aspectos serían distintos en el caso de…, etcétera. En otras palabras, la mente se aleja de la realidad, como queriendo revertir lo irreversible de lo sucedido.
- Depresión o dolor emocional. No nos referimos a ningún trastorno del estado del ánimo como trastorno mental, si no a la tristeza que, de forma natural, nos invade ante la sensación de pérdida y de vacío que nos deja el fallecimiento de nuestro ser querido.
- Aceptación y Restablecimiento. La aceptación nos llega una vez hemos asumido la pérdida afectiva y aprendemos a convivir con la misma, permitiéndonosvivencias que impliquen emociones positivas como alegría, ilusión o placer. Progresivamente, la aceptación evoluciona hasta el Restablecimiento, etapa final del duelo donde somos capaces de hacer compatible nuestro dolor emocional con una vida normalizada y progresivamente adaptada a nuestra nueva realidad.
No he pasado por estas fases en mi duelo… ¿tengo un problema?
Por descontado que no. Aunque estas fases nos ayudan a describir un proceso completo de duelo, muchas personas pueden saltarse alguna etapa del mismo, sin que ello impida asumir la pérdida afectiva y seguir con su vida de forma normal y adaptativa. Factores como la personalidad y las circunstancias de cada persona, inciden plenamente en la forma de experimentar el proceso de duelo de una forma u otra.
Pasa el tiempo y sigo triste todo el día…
Como todo proceso psicológico, el duelo se puede convertir en una fuente excesiva de sufrimiento psíquico, bloqueando e impidiendo a la persona continuar con su vida normal, hasta arrastrarla hacia un trastorno depresivo de entidad clínica.
Es cuando hablamos de DUELO COMPLICADO O PATOLÓGICO, también llamado no resuelto. En este estado emocional, la tristeza es muy intensa durante todos los días, los pensamientos están permanentemente focalizados en la pérdida y la persona no es capaz de interesarse por nada de su entorno ajeno a su sufrimiento. En los casos extremos podemos observar una continua negación de la propia pérdida, incluso meses o años después de la misma.
¿Qué debo hacer entonces para trabajar y superar mi Duelo?
Aunque debemos tener presente que un proceso de duelo es doloroso y progresivo, ello no significa que se trate solo de sufrir y de aislarnos de nuestro entorno. Bien al contrario, lo más importante es aceptar el proceso y dejarse ayudar por las personas que nos rodean.
5 CONSEJOS PARA QUE PUEDAS TRABAJAR EL DUELO.
Acepta tus propios sentimientos. Pasarás por un amplio abanico de emociones como ira o enfado, tristeza y abatimiento, sorpresa y perplejidad, resentimiento, temor e inseguridad, vacío, etc. Permítete atravesar tales emociones y que tu mente se acostumbre a la nueva realidad de tu pérdida.
Apóyate con las personas de tu entorno íntimo. Busca la complicidad de las personas más próximas a ti con las que mejor te relaciones habitualmente, y comparte tus distintos estados emocionales con ellas. Si necesitas reflexionar en voz alta sobre la vida y la muerte, hazlo. Te ayudará a poner en orden tu mente y a aceptarla como parte de la propia vida.
Recuerda y aliméntate de los buenos recuerdos. Si te fuerzas un poco en recordar las vivencias positivas que has tenido con la persona fallecida, te ayudará a no asociarla únicamente con el momento final de su muerte y tu pérdida. Es una forma de compensar los inevitables recuerdos del momento final.
Cuida tus hábitos cotidianos de salud. Es esencial que cuides tu alimentación y las horas de descanso. Recuerda que necesitas la mente descansada y con suficiente energía para afrontar el día a día, así como para afrontar tus pensamientos y emociones negativas.
Y en última instancia, si todo ello no es suficiente y el proceso de duelo te resulta excesivamente penoso y agotador, acude a un profesional de la psicología y seguro que te podrán ayudar a comprender mejor tu proceso y te darán herramientas terapéuticas para sobrellevar mejor el proceso.
¿Y cómo puedo apoyar a alguien que está en Duelo?
Lo más importante es que recordemos qué significa estar en duelo, para ponernos en el lugar de esta persona, y poder comprender mejor su estado psicológico.
Es fundamental permitir que la persona exprese sus emociones, sin coartarlo ni reprimir las mismas.
También es fundamental tomar la iniciativa y contactar y preguntar cómo se encuentra la persona, sin esperar a que ésta nos contacte a nosotros, ya que el mismo duelo implica desinterés por el entorno y por los demás.
