Ya estamos en plena época veraniega, y muchos de nosotros disfrutamos de unos días de descanso, realizando actividades diferentes a las habituales durante el resto del año, y que lógicamente queremos exprimir al máximo.

En este contexto de ocio y aparentemente “sin estrés”, a algunas personas les puede resultar muy difícil disfrutar plenamente de aquello que están haciendo, o bien saborear realmente las vivencias del momento, en parte debido a una actitud focalizada “en el consumo rápido” de la actividad elegida, generándoles –paradójicamente- elevados estados de inquietud y de saturación, que son incompatibles con un estado real de bienestar emocional.

En este sentido, hace unos años que se habla de la importancia de vivir con consciencia y atención plena (traducción de mindfulness), como una de las claves para aumentar nuestro equilibrio psicológico y alcanzar una sensación de mayor plenitud y satisfacción personal. Esencialmente, se trata de tomar consciencia de nuestros propios pensamientos, emociones y comportamientos, sin juzgarlos ni tomar parte de los mismos, sinó con una actitud contemplativa y aceptando plenamente la vivencia del momento.

De hecho, si profundizamos en los principios de la llamada Terapia Cognitiva de Tercera Generación, ésta nos propone el mindfulness como técnica de meditación que cultiva esta actitud vital, y que puede llegar a cambiar la forma de relacionarnos con nuestro entorno, sentando así las bases de la llamada Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT), en el tratamiento de los problemas psicológicos más habituales de hoy en día, como los trastornos depresivos y de la esfera ansiosa, entre otros.

En definitiva, desde aquí aconsejamos al lector que aproveche estos días de vacaciones -o los momentos de ocio en general-, como una posibilidad para experimentar la atención plena en cada una de las actividades que esté haciendo, sin más finalidad que la propia vivencia del momento, independiente de la naturaleza o el resultado de la misma.

Actividades naturales como pasear, respirar profundamente, estar en contacto con la naturaleza, así como conversar, escribir, leer, observar el entorno, escuchar música o hacer deporte, posibilitan una experiencia abierta y consciente.

Probadlo!

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